sábado, 21 de enero de 2012

Culpita de Dios: la presentación

No sé si esto está bien. Dudo un poco en hacerlo y, la verdad, me da miedo. No quisiera que mis padres, ni mis hermanos, ni mis primos ni mis tíos lo vieran. Lo peor sería que lo vieran las chicas; eso sí sería terrible. Imaginen: una vida entera luchando en el camino correcto y, de buenas a primeras, una se descarrila y cae por el precipicio. No es que crea estar en el precipicio, claro; pero los demás podrían verlo de esa manera.
Sólo por esta vez, o quizás esta y alguna otra, daré mi verdadera identidad: Culpita de Dios M. Zuviría. En los próximos días me dirigiré a ustedes como Culpita de Dios, a secas.

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